villa María
“Se cuenta que cuando un sevillano mandaba labrar una casa, decía a su arquitecto: Hágame usted en este solar un gran patio y buenos corredores; si terreno queda hágame usted habitaciones” (1)
La casa es un patio. Un espacio libre, vacío… un espacio propio. El patio es un contenedor de aire, un recinto donde siempre hallar un rincón al sol y otro a la sombra. A él dan todos los cuartos de la casa, que gozan de verdadera intimidad. Una intimidad libre, anchurosa, que encuentran las estancias a través del orden que concede un pasillo. Este pasillo digno donde los haya, útil hasta servir de aislamiento entre la casa y su vecina. En él colocan los dueños sus libros y pasan así del dormitorio a la cocina al son de Quevedo. Una zona de paso que regala en su renuncia dignidad al resto de espacios bien conectados. Ellos se disponen sucesivamente, como las teclas de un piano y en esquema de peine, uno a continuación del otro. A la fresca se está en estos cuartos, bañando el sol el patio del que beben. Grato es vivir en la amistad oscura de un zaguán, de una parra y de un aljibe (2)
Un lugar mediador es el patio entre el espacio ilimitado y el espacio acotado, cerrado de las habitaciones de la casa (3). En él reside el mayor regalo que puede tener un hogar, un bien escaso: el contacto directo con la tierra y el cielo. Dada su ubicación la casa no tiene que pagar a la ciudad el precio de vivir las personas apiladas. La densidad en esta zona no está en sus habitantes. La presión está entre dos mares, uno Mediterráneo y otro de plástico. Esta dualidad queda recogida en la casa, que es construcción y vacío. Es casa y patio.
De las canteras más arriba vienen a cubrir piedras de mármol. Macael presta sus vetas que atienden indecisas, cada una con diferente dirección y particular sentido, la vibración de las olas del Mar y las alineaciones fluctuantes de los cultivos. Al fondo, una alberca recuerda en su murmullo una tierra de sequía. El agua, bien preciado, refleja los claros del cielo. Y así este patio conecta, como cualquier dibujo de un niño, arriba y abajo, suelo y techo.
Una casa es un patio.
Un patio es un regalo.
(1) Hazañas y la Rúa, Joaquín. 1989. La casa sevillana.
(2) Borges Acevedo, Jorge Luis. 1969. Un patio.
(3) Zambrano Alarcón, María. 1964. La casa: el patio.
(*) este texto forma parte de una serie de escritos titulada “cartas a Alberto” que José Maldonado Felices redactó durante el Seminario “E pur si muove” dirigido por Alberto Campo Baeza del Máster de Proyectos Arquitectónicos Avanzados en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.
https://dpa-etsam.com/master-mpaa/
https://www.campobaeza.com/news/2020-mar-73-digital-lessons
© Plano de villa María de José Maldonado Felices.