carta a ese editor del MIT

carta a ese editor del MIT

Alberto Campo Baeza se repite y mucho.

Esta es la razón por la cual usted rechazó la publicación de los textos que él recopiló durante su estancia en Columbia el año 2012. Y razón no le falta. Campo se repite insaciable en la tríada utilitas, firmitas y venustas, en la pureza del blanco, en el sentido del ángulo recto, en las configuraciones espaciales entre lo abierto y lo cerrado, en la importancia de la estructura y el orden y, sobre todo, en el plano horizontal plano. Pero, permítame advertirle dos sensibles reflexiones en torno a esta constante reiteración.

Alberto Campo Baeza se repite de una forma muy original.

Esto es, volviendo al origen. Décadas antes que él Jorn Utzon mostró esta insistencia en el plano horizontal plano. En 1949 publicó un texto en donde confesó sentirse fascinado por las pirámides de Méjico. Diez años después encontró en Sídney una plataforma llana donde erigir su ópera. Y en 1973 consiguió en la isla de Mallorca otro montículo desde donde dominar el paisaje. En él construyó una serie de pabellones que entran en correspondencia con la batería de templos próstilos repartidos por las faldas del Monte Cronio en la Acrópolis de Olimpia. Estos templos, contenedores de tesoros divinos, son del período arcaico. ¡Fíjese usted hasta dónde se remonta el arquitecto Campo en su repetición!

Para colmo, hay un momento en que decide duplicar el plano horizontal plano. Un primero, pesante y a modo de podido. Un segundo, ligero y a modo de visera. Pero, cuando uno empieza a sospechar que este recurso tiene la singularidad que usted demanda para la publicación de un texto, queda inmediatamente defraudado. Y es que, en el primer milenio, emplazada al norte de la misma Península Ibérica donde Campo nació, se encuentra Santa María del Naranco. Este templo está formado por dos partes: ¡un podio y un templete! Aunque el carácter reincidente de este plano horizontal plano no sea de su agrado, le ruego que no deje de ir al Monte Naranco si visita España.

Alberto Campo Baeza se repite con generosidad.

El dichoso plano horizontal plano aparece por igual en su actividad profesional, investigadora y docente. Proyecta, escribe y enseña sobre lo mismo. Si desea puede comprobarlo consultando los dibujos que Campo dedica a sus alumnos Mark, Leander, Sun-Ik, Catherine, Vanessa, Seungwook, Brian, Jesús, Mark, Rudabeh, Stephen y Christopher. Los documentos originales se encuentran en el archivo de la Escuela de Arquitectura de Pennsylvania. Se trata de una aliteración que resulta ser contagiosa, y va dejando adeptos con el paso del tiempo. Le sugiero también que vea las casas Dalton y Querol de Alberto Morell, la casa entre tapiales de Jesús Donarie o la casa del horizonte de Jesús Aparicio. Todos alumnos suyos. Y es que cuando uno se repite en temas de primer orden corre el riesgo (o la fortuna) de encontrar socios futuros o pasados.

Un caso ejemplar ha llegado esta semana a mis manos. En él Campo muestra la relación inequívoca que guarda su Casa Turégano con la Casa del Hombre Blanco, proyectada por Johannes Itten sesenta y ocho años antes. Pero este ejemplo no está directamente relacionado con el plano horizontal, así que le expondré otro. El arquitecto vallisoletano es tan persistente en el tema que encuentra a su paso cómplices capaces de desarrollarlo de forma diferente e intercambia posturas con ellos. Este es el caso de SAANA y su Rolex Center. Me consta que entre Kazuyo Sejima y Alberto Campo ha habido intensas conversaciones sobre la horizontalidad de dichos planos.

Un año más tarde de su estancia en Columbia Campo volvió a la Escuela de Madrid para retomar en ella sus clases. Ese año 2013 fui alumno suyo. Desde entonces leo, oigo y miro sus planos horizontales planos. Como decía Sáenz de Oíza (uno de los más grandes maestros de nuestra Escuela) a veces pienso que no es él quien se repite, sino yo. Y lo hago gozosamente, ilusionado y convencido de que ando por el camino correcto. Aquí le dejo otro plano horizontal plano. Este corresponde a una casa que estoy proyectando al sur de España, en una ciudad llamada Almería. Le enseño el plano con la mejor de mis intenciones, aunque supongo que no le interesará demasiado, pues el tema se repite y mucho.

(*) este texto forma parte de una serie de escritos titulada “cartas a Alberto” que José Maldonado Felices redactó durante el Seminario “E pur si muove” dirigido por Alberto Campo Baeza del Máster de Proyectos Arquitectónicos Avanzados en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

https://dpa-etsam.com/master-mpaa/

https://www.campobaeza.com/news/2020-mar-73-digital-lessons

© Plano de villa LEG de José Maldonado Felices.