casa Korman
Los Korman eran una familia de constructores de casas que comenzaron su actividad a principios del siglo veinte en Whitemarsh, un pequeño municipio del estado de Pensilvania. Durante los años cincuenta compiten con otro constructor de la zona (William Levitt) en una expansión suburbana sin precedentes. Tras el rechazo de una propuesta de desarrollo de casas de lujo por parte de las autoridades del municipio, la familia decidió edificar algunos ejemplos para su uso propio. Así, cada uno de los cinco nietos recibió una propiedad de cuatro hectáreas para realizar su proyecto. En el reparto, los hermanos Steven y Lynne eligieron dos propiedades vecinas situadas al final de un camino existente y encargaron ambos proyectos al arquitecto Louis Kahn.
Kahn tuvo un primer encuentro con los hermanos Korman el 6 de febrero de 1971. Desde entonces los dos proyectos se desarrollaron en paralelo, siendo las reuniones conjuntas entre los dos matrimonios y el arquitecto. Seguramente este hecho tuvo mucho peso en la decisión que Lynne tomó en la primavera de 1973. Su marido y ella abandonaron la idea de construir la casa cuando el proyecto se encontraba en un estado muy avanzado de desarrollo, argumentando que “había crecido desorbitadamente en tamaño y precio en comparación con la de su hermano”(1).
Kahn presentó sus ideas preliminares el 30 de julio de 1971 a través de una serie de bocetos que insistían en el emplazamiento de la casa y en su relación con el entorno, a la vez que anticipaban los aspectos fundamentales del proyecto. En el plano de situación adjunto podemos observar la casa de Lynne, que desechó el proyecto (a la derecha) y la de Steven, que llegó a ser construida (a la izquierda). En esta última se identifican dos volúmenes interconectados y colocados de forma que aprovechan las masas de árboles existentes para conseguir un espacio exterior íntimo.
“Todo edificio es una casa, ya sea un Senado o sólo una casa. Es el espacio-estancia (room) lo que importa cuando se está dentro. Y si se considera la planta como una sociedad de estancias, cualquiera que sea su función y relación con las circundantes, el plano comienza a ser algo.” (2)
Toda la obra de Louis Kahn podría entenderse como la forma de ordenar las partes de un todo. En esta búsqueda reguladora aparecen fundamentalmente tres principios de estructuración: yuxtaposición, conexión e interconexión. Estos son los tres mecanismos en los que Kahn basa las relaciones entre sus células (3). Pero antes de atender las relaciones que se producen entre los distintos espacios de la casa es necesario apuntar la importancia que Kahn concede a la unidad habitacional. Si el desarrollo de sus procesos proyectuales manifiesta un vínculo indisociable entre las partes, el origen de los mismos reside en la importancia que el arquitecto concede a cada habitación de forma autónoma. Cabe recordar la inscripción que corona su tan famoso dibujo The room: “Architecture comes from the making of a room. The plan, a society of rooms, is a place good to live, work and learn”.
El 11 de marzo de 1972 Louis Kahn cita al matrimonio Korman en su estudio para la aprobación de la propuesta. En la página anterior se muestran dos de los doce planos que el arquitecto prepara para Steve y Toby, que corresponden con las plantas del conjunto. En ellas se aprecia una casa formada por dos cuerpos interconectados. A la izquierda aparece una pieza de madera, que alberga la zona de dormitorios. A la derecha figura otra de ladrillo y vidrio que contiene el salón, la cocina y otros espacios comunes (4). En un recurso típicamente Kahniano, el nexo entre ambas conforma el acceso a la vivienda. Esto sucede también en las casas Fisher, Esherik o Genel, por ejemplo. Sin embargo, en planta alta esta pieza recoge la cama de los Korman. La situación anómala de la cama en el conjunto resulta contradictoria con el papel servidor que Kahn concede a los elementos de conexión entre las partes. La habitación principal cuestiona en su posición las divisiones radicales entre espacios de día y de noche en la casa. Aunque la alcoba matrimonial pertenece por naturaleza al pabellón de dormitorios, se extiende hacia el pabellón de espacios comunes de la casa. Mediante esta configuración, esta cama parece ser la encargada de ensamblar las dos partes del hogar.
“Las diferencias que he establecido entre aquello que es mensurable y aquello que no lo es, entre forma y creación, entre espacios sirvientes y servidos, son dicotomías que sólo existen en mi mente.” (5)
Además, esta cama entra en tensión con las relaciones axiales del conjunto. El lecho de los Korman se encuentra ligeramente desplazado del eje de simetría principal, insinuando el carácter dinámico que muestra la habitación en que se encuentra. En esta cama recae el peso de la composición. A ella se encomienda el papel unificador del conjunto. Es un nexo que, a través de las dos escaleras, conecta e interrumpe la continuidad de los espacios. Los Korman experimentan un descanso incómodo que se evidencia en la propuesta comparando las dimensiones de la zona de dormir (estrictamente hablando) con las del dormitorio. El cuadrado en que se inserta la cama supone uno de los cinco módulos que conforman el dormitorio principal. Estamos sin duda ante una situación extraña de la alcoba principal, en donde coinciden entrada, control y conexión de la casa.
Por otro lado, están las camas del cuerpo de madera (situado a la izquierda en la planta). Aunque los Korman tenían tres hijos el subconjunto está formado por cuatro torreones que contienen cuatro dormitorios idénticos. Esta decisión tal vez surgiera para señalar un centro imaginario que focalizara la atención de Steve y Toby y distanciara a los niños de sus padres no sólo en términos físicos sino también de significado. La petición expresa de los Korman (6) por alejar su cuarto de la zona de los hijos evidencia una intención particular por parte de Kahn cuando coloca la cama principal en un lugar intermedio. De no ser así, habría sustituido su posición por la zona de estudio de Toby (junto a la chimenea) aumentando la distancia entre estos espacios (en el plano aparece rotulada como Upper Den, guarida superior). Además de estabilizar la figura, los cuatro vértices que forman los dormitorios de los hijos entran en correspondencia con las cuatro chimeneas de ladrillo construyendo, al menos imaginariamente, dos partes de un castillo que queda unido por un puente cuya clave resulta ser la cama de los padres.
“Y ahora voy a hablar del funcionalismo. Yo pienso que podemos decir que las máquinas, las bicicletas, las fábricas de cerveza, son funcionales, pero no todos los edificios lo son. Ahora, todos deben funcionar, pero deben funcionar psicológicamente. Existe una función psicológica que es de la máxima importancia, ya se trate de una fábrica, o de cualquier otra cosa (. . .) Y ese sentido, yo creo, nos trae una nueva época a la arquitectura, que no trata de hacer todo cuantificable.” (7)
Aunque los cuatro cuartos del pabellón de los hijos son idénticos en forma encontramos cuatro espacios muy distintos debido a la rotación que experimentan. La orientación y el soleamiento de cada habitación revela cuatro espacios iguales pero diferentes a la vez, que crean una relación de semejanza extrapolable a sus propios habitantes. Además, la disposición de estos cuatro cuartos con doble simetría crea un nuevo nivel de relación, esta vez por parejas. Los dormitorios se sitúan enfrentados dos a dos, creando unos abocinamientos que, a través de un porche, introducen la luz y el paisaje en unas antesalas. El reparto bipartito de los cuartos de los hijos queda potenciado por la aparición de una puerta que aísla el binomio superior. Junto a esa puerta aparece otra, la de un cuerpo adyacente que corresponde con el dormitorio de la persona de servicio. Esta habitación se presenta fuera del eje de simetría, en una posición de acompañamiento. El arquitecto se encarga de subrayar con su ubicación la función mediadora de esta figura, (un miembro particular de la familia que forma parte de ella sin serlo) emplazada entre padres e hijos. Además, en planta baja este cuerpo presenta las funciones de servicio.
Si observamos de nuevo la cama de Steve y Toby, podemos comprobar hasta qué punto participa en la composición del pabellón de dormitorios. La adición del porche que protege el dormitorio doble en la parte sur (lugar desde donde se accede a la casa) parece encontrar una correspondencia en la adición del cuarto de servicio anteriormente descrito. Los dos dormitorios encuentran un vacío homólogo respecto al eje de simetría horizontal, creando así una relación que produce un equilibrio en la composición global. De esta forma, los dos gestos de desequilibrio entre módulo ocupado y módulo vacante quedan compensados. Entre estas seis camas (las cinco dibujadas y una última implícita) se establecen múltiples correlaciones que producen ligaduras entre las partes del conjunto. “Si una construcción posee esta cualidad de tener espacios inseparables, el proyecto tiene la posibilidad de ser legible.” (8)
Aunque los Korman estaban contentos con la evolución del proyecto rechazaron algunos de los elementos planteados, en especial la composición del volumen de los hijos: “where Kahn saw clusters, the Kormans saw factions” (9).
La planimetría definitiva fue presentada a comienzos de junio de 1972. En las plantas observamos cómo los dos volúmenes del planteamiento anterior se fusionan. En una operación de relación escalar con el entorno, Kahn coloca de forma adyacente los cuerpos de los cuartos de baño y chimeneas, desdibujando así los límites rotundos del volumen unitario resultante. Dicha estrategia se pone de relieve si observamos el cambio cuantitativo que experimentan los baños de la zona de dormitorios de los hijos. Mientras que en el esquema anterior un único cuarto de baño servía a todas las estancias, en esta última solución cada cuarto tiene su baño propio. Kahn nos advierte de los peligros que acarrea buscar una explicación cuantificable en arquitectura. Sin embargo, la alteración numérica que experimenta el cuarto de baño pone de manifiesto su papel principal dentro de este proyecto. Este espacio servidor parece responder a las relaciones entre casa y paisaje antes que a las exigencias funcionales de la familia Korman.
Por otro lado, la unificación de los dos volúmenes que conformaban la propuesta anterior altera la posición de la cama de Steve y Toby. La alcoba principal, que antes desempeñaba la función de nexo entre los dos cuerpos, queda ahora desplazada hacia la parte común de la casa. Además, pierde la sensible simetría que ofrecía su anterior posición, colocada esta vez en el módulo sur (en el módulo inferior del plano y debajo de la escalera cuadrada). Este desequilibrio se acrecienta con la pérdida de uno de los cuatro torreones de ladrillo. Mientras que el gran ventanal de la sala de estar continúa flanqueado por dos chimeneas, la inserción de la alcoba principal en este cuerpo produce la pérdida del cuarto torreón, y sólo se mantiene el que entra en relación con la cama del matrimonio. Atendiendo a esta transformación, es necesario recordar la extendida función del hogar como corazón de la casa en la tradición norteamericana, que se vio promovida y acrecentada por la obra de Wright a principios del siglo veinte, personaje muy influyente para Kahn. Dicho de otro modo, la pérdida de esa cuarta chimenea (la correspondiente a la esquina superior izquierda) pone de relieve el cambio sustancial que experimenta la cama matrimonial en esta última propuesta, quizá promovido por exigencias del cliente frente a deseos del autor.
Pese a la adhesión de los dos volúmenes con que germinó el proyecto, aún quedan reminiscencias de la tensión que genera el encuentro de estos cuerpos. Prueba de ello es el módulo central de la banda tripartita de armarios que sirven la estancia principal. En sus dos extremos, estos espacios de almacenaje aparecen con carácter unitario y continuidad lineal. Sin embargo (y como puede apreciarse en el plano anterior), la parte intermedia (que constituye el nuevo acceso hacia el dormitorio de los padres) se construye desdibujada, con un bosque de particiones que no obedecen a ninguna exigencia funcional ni constructiva. En sus quiebros irregulares, el módulo central de la banda de almacenaje parece reconocer una vez más la situación anómala que mostraba la cama matrimonial en la anterior propuesta.
Si estudiamos los planos de ejecución de la propuesta final, podemos comprobar que estas subdivisiones no esconden ningún tipo de bajante o instalación. Algunos autores vinculan esta extraña forma al mobiliario de la casa familiar de la iglesia Shaker (1939). Para ello se apoyan en el mayor aislamiento sonoro que logra la masa del mobiliario. Sin embargo, sólo resulta ser esa cama primitiva, que actuaba como nexo en la anterior propuesta, la que verdaderamente justifique esta licencia formal en el módulo central (único que conecta las dos partes de la casa). Ciertamente, la pérdida de radicalidad frente a las propuestas anteriores sitúa a las camas en una situación menos intensa e interesante. Pero, aunque en la versión final no existe esa cama matrimonial que ejercía como dintel de la casa en términos de significado, esa cama que soportaba el peso compositivo de la vivienda, el arquitecto ofrece algunos rastros del carácter vibrante que tuvo el proyecto en esa etapa. Hipotéticamente, puede que Kahn quisiera conservar en la acción de atravesar el espesor de esta banda algo del carácter ascético que tenía el nexo entre los dos pabellones originales.
En esta última transformación también resulta llamativa la dimensión inalterable de los cuartos. Durante el proceso de diseño, el esquema se simplifica y en él se depuran las conexiones entre las células, pero estas unidades permanecen intactas en forma y tamaño. Este carácter inalterable de las estancias subraya la atención prestada por parte del arquitecto en su extensión y vuelve a reafirmar el papel predilecto de la habitación (“The room”) como motor proyectual.
“El mundo exterior es extenso y se extiende a todo el universo. Hay, en cambio, este otro mundo dentro del mundo, que es el estuche del violín, de un violín que es el alma de la persona. Entonces tenemos el violín y su estuche. Si el estuche es demasiado grande, no se adapta bien al violín.” (10)
“Yo no creo en la construcción de un gran espacio y después trocearlo y llamar a las partes ‘habitaciones’. Un ‘espacio-estancia’ debe ser una extensión propia. En un gran auditorio comercial yo hablaría de un modo, pero en el baptisterio de Florencia yo diría algo que nunca he dicho antes.” (11)
La versión de los dos volúmenes fusionados complació a sus propietarios, que llegaron a un acuerdo con el constructor Fesmire (el mismo con quien Kahn realizó la casa Fisher) el 12 de octubre de 1972. Poco después la construcción de la casa comenzó.
Hasta ahora hemos observado las transformaciones que el proyecto experimenta en sus distintas etapas. Sin embargo, en todas sus versiones podemos percibir una estructuración bipartita. Kahn mantiene la idea de ordenación dual, en donde quedan bien diferenciados un cuerpo fragmentado y otro cuerpo nítido. En todos los esquemas de la casa Korman, uno de los volúmenes asume las limitaciones de un cumplimiento programático para conceder una noble autonomía al restante. En este último aparecen las relaciones más privilegiadas con el paisaje, el fuego, la luz o el espacio. Quizá sea esta la verdadera habitación de la casa, ésa en la que Kahn se recrea en su dibujo “The room”. Se trata de una dicotomía que permanece constante en la obra doméstica del arquitecto. Así lo demuestran el gran espacio central de la casa Clever (1957), las dobles alturas de las casas Esherik (1959) y Fisher (1967) o la división radical entre dormitorios y estar de la casa Weiss (1950). Esta última de una semejanza formal incuestionable con la casa Korman.
“En mi opinión, el valor de un arquitecto depende más de su capacidad para aprehender la idea de “casa”, que de su habilidad para diseñar “una casa”, que es un acto determinado por las circunstancias.” (12)
“La Forma es el “qué”; El Diseño es el “cómo”. La forma es impersonal, el Diseño pertenece a la persona que lo hace. El diseño es un acto circunstancial (cuánto dinero hay disponible, el solar, el cliente, la cantidad de conocimientos); La Forma no tiene nada que ver con las condiciones circunstanciales. En la arquitectura, la Forma describe una armonía de espacios que son buenos para determinada actividad del hombre.” (13)
La casa Korman fue la última de las nueve que Kahn construyó. Además de una estrategia proyectual clara, esta casa evidencia su predilección por el hogar como el espacio esencial de las personas. Es necesario advertir que Kahn aceptó este modesto encargo mientras se encontraba realizando proyectos de gran envergadura como el Museo de Arte Kimbell (1972) o la Asamblea Nacional de Bangladesh (1982) que no llegó a ver finalizada. Harriet Pattison, la arquitecta paisajista que colaboró con Khan en varios proyectos (incluida la casa Korman) afirma que esta última vivienda: “Le permitió regresar al principio de la arquitectura y pensar en lo que es la vivienda, y en lo que podría ser, y en pensar en las generaciones que viven en el mismo lugar … Era un lugar para reconstruir el mundo y hacerlo bien esta vez”. Escasos meses antes de su fallecimiento (marzo de 1974), el arquitecto estonio impartió su última conferencia titulada “Arquitectura y acuerdo humano”. La mayor reflexión que pueda sugerir el análisis de este proyecto a partir de las camas se expresa de forma precisa a través de la frase con que concluye este postrero discurso de Kahn:
“You can never build a home, because a home is made by the people.” (14)
(1) Marcus, George y Whitaker, William. 2013. The houses of Louis Kahn. Yale University Press, New Haven and London. p. 223.
(2) Kahn, Louis Isidore. 1986. From a Conversation with Willian Jordy, en Wurman, Richard Saul, The Words of Louis l. Kahn, Access Press Ltd., New York, p. 237.
(3) Juárez Chicote, Antonio. 1997. Continuidad y Discontinuidad en Louis I. Kahn. Material, estructura, espacio. Capítulo 2.1.2. La conexión entre las partes. p. 126 – 128.
(4) Los materiales fueron elegidos por el matrimonio. Kahn pidió a su cliente que redactase una carta en donde definiera sus deseos y exigencias sobre el proyecto. En el texto titulado “The Korman Family: A New Home” (documento sin fechar procedente de la colección Kahn, 030.II.A.36.25.). “At Kahn´s suggestion, the Kormans prepared a summary of their thinking on the project, which they titled, “The Korman Family: A New Home”. In its four pages they laid out what they had in mind for their house, providing details of their young family, consisting at the time of “three boys and a dog and a goldfish”. They desired a house of glass, stone and wood, materials that would give it a “light-bright-cheerful” feeling; ample storage so it would have an “uncluttered look”; and a master bedroom suite and small den, upstairs or down” (for Steven´s hideaway?)”. They wanted the boys´area to be clustered together so that the parents could enjoy privacy away from the children. Summing up, the couple wrote, “We would love an easy-to-care-for, warm, hospitable, exciting, home to raise three boys.” One additional requirement would prove significant: Steven´s severe allergies demanded a contained air-handling system and limited the need for windows that opened.”
(5) Vellés, Javier y Casariego María. 2004. Kahn. Palazzo dei congressi, Venezia. Ed. Rueda, Ministerio de Vivienda. p. 23.
(6) Marcus, George y Whitaker, William. 2013. The houses of Louis Kahn. Yale University Press, New Haven and London. p. 223.
(7) Kahn, Louis Isidore, 1986. From a Conversation with Willian Jordy, en Wurman, Richard Saul, An lnterview, Vía magazine, Phifadelphia, Pennsylvania, 11 January 69, Access Press Ltd., New York, p. 47.
(8) Kahn, Louis Isidore. 1974. Harmony between man and architecture. Design lncorporating lndian Builder, Vol 18, nº 3, March. p. 23-28.
(9) Korman, Steven. 2005. Conversación con William Whitaker.
(10) Kahn, Louis Isidore. 1972. Conversation with Jonas Salk, San Diego, California, 20 May. en Wurman, Richard Saul, The Words of Louis l. Kahn, Access Press Ltd., New York, p.144.
(11) Kahn, Louis Isidore. 1974. Brick is stingy, concrete is generous. Horizon 16, nº 4, Autuum, p. 32.
(12) Kahn, Louis Isidore. El orden de los espacios y la arquitectura. En “Louis I. Kahn: escritos, conferencias y entrevistas”. 2003. El Croquis: El Escorial.
(13) Íbid. (12).
(14) Kahn, Louis Isidore. 1973. Architecture and Human Agreement.
(*) este texto forma parte de la tesis final del Máster en Proyectos Arquitectónicos Avanzados de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid titulada “La cama como herramienta proyectual”.
© Casa Korman. Louis Kahn. Whitemarsh, Pensilvania, Estados Unidos. (1971 – 1972).
Planos de planta baja y planta alta. 11 de marzo de 1972. Fundación Korman.